domingo, abril 29, 2007

• Alguien dijo...


*Alguien dijo que un niño se lleva en el vientre durante nueve meses.
Ese alguien no sabe que un hijo se lleva en el corazón toda la vida.
* Alguien dijo que toma unas seis semanas volver a la normalidad después de dar a luz.
Ese alguien no sabe que después de dar a luz la normalidad no existe.
* Alguien dijo que se aprende a ser madre por instinto.
Ese alguien nunca fue de compras con un niño de tres años.
* Alguien dijo que de "buenos“ padres salen hijos "buenos".
Ese alguien piensa que un hijo viene con instrucciones y garantía.
* Alguien dijo que las "buenas“ madres nunca gritan.
Ese alguien nunca vio a su hijo romper con una pelota la ventana del vecino.
* Alguien dijo que no se necesita una buena educación para ser madre.
Ese alguien nunca ayudó con una tarea de matemáticas de cuarto grado.
* Alguien dijo que no se puede amar al cuarto hijo como al primero.
Ese alguien no tuvo cuatro hijos.
* Alguien dijo que se pueden encontrar en los libros las respuestas a todas las preguntas sobre cómo criar hijos.
Ese alguien no tuvo un hijo que se metió una alubia en la nariz.
* Alguien dijo que lo más difícil de ser madre es el parto.
Ese alguien nunca dejó a su hijo en la escuela el primer día de kinder.
*Alguien dijo que una madre puede hacer su labor con los ojos cerrados y una mano atada a la espalda.
Ese alguien nunca organizó la fiesta de cumpleaños de su hija.
* Alguien dijo que una madre puede dejar de preocuparse cuando los hijos se casan.
Ese alguien no sabe que el matrimonio agrega yernos y nueras al corazón de una madre.
* Alguien dijo que el trabajo de una madre termina cuando el último hijo se va del hogar. Ese alguien no tiene nietos.
* Alguien dijo que una madre sabe que su hijo la ama, así que no hay necesidad de decírselo. Ese alguien no es madre.
* Alguien dijo que una madre no necesita de la comprensión y del "te quiero" del hijo. Ese alguien no es un hijo.

domingo, abril 22, 2007

• Se despide un genio...


"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera”.
Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.”

(Gabriel García Márquez)

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, que está siendo difundida por internet.

sábado, abril 14, 2007

• Instrucciones para vivir en la tierra


Recuerdo que antes de que yo naciera, me preocupaba no conocer el mundo al que llegaría. Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en ésta tierra.
Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:

Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.

Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.

Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.

Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.

Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua. Buena y transparente.

Sé como José. Cree en tus sueños.
Sé como Lázaro. Levántate y anda.

Y sobre todas las cosas, sé como el cielo: la morada de Dios.

viernes, abril 13, 2007

• Oración por la familia


Que ninguna familia comience de cualquier manera.
Que ninguna familia muera por falta de amor.
Que el matrimonio sea uno para el otro de cuerpo y alma
y que nada en el mundo separe un matrimonio soñador.
Que ninguna familia se abrigue debajo del puente.
Que nadie se interponga en el hogar y en la vida de los dos.
Que nadie os obligue a vivir sin ningún horizonte.
Que ellos vivan de ayer, de hoy y en función de un después.
Que la familia comience y termine sabiendo donde va
y que el hombre cargue a los hombros la gracia de un padre.
Que la mujer sea un cielo de ternura, cariño y calor
y que los hijos conozcan la fuerza que brota del amor.

¡Bendice Señor a las familias! ¡Amén! bendice Señor a la mía también.
¡Bendice, Señor, a las familias! ¡Amén! bendice a la mía también.

Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida.
Que nadie vaya a dormir sin pedir o sin dar su perdón.
Que los niños aprendan en el regazo el sentido de la vida.
Que la familia celebre y participe del abrazo y del pan.
Que marido y mujer no se traicionen ni traicionen a sus hijos.
Que la envidia no mate la certeza del amor entre los dos.
Que en su firmamento la estrella que tiene mayor brillo
sea la firme esperanza de un cielo aqui mismo y después.
Que la familia comience y termine sabiendo donde va
y que el hombre cargue en los hombros la gracia de un padre.
Que la madre sea un cielo de ternura, cariño y calor
y que los hijos conozcan la fuerza que brota del amor.

¡Bendice Señor a las familias! ¡Amén! bendice, Señor, a la mía también.
¡Bendice Señor, las familias! ¡Amén! Bendice Señor, a la mía también
Bendice Señor, a la mía también

miércoles, abril 11, 2007

• La esencia del Ser - Juan XXIII


Sabrás del dolor y de la pena de estar con muchos pero estar vacío.
Sabrás de la soledad de la noche y de la longitud de los días.
Sabrás de la espera sin paz y de aguardar con miedo.
Sabrás de la soberbia de aquellos que detentan el poder y someten sin compasión.
Sabrás de la deserción de los tuyos y de la impotencia del adiós.
Sabrás que ya es tarde y casi siempre imposible.
Sabrás que eres tú el que siempre day sientes que pocas veces te toca recibir.
Sabrás que a menudo piensas distinto y que tal vez no te entiendan.
Pero sabrás también:

Que el dolor redime
Que la soledad cura
Que la fe agranda
Que la esperanza sostiene
Que la humildad ennoblece
Que la perseverancia templa
Que el olvido mitiga
Que el perdón fortalece
Que el recuerdo acompaña
Que la razón guía
Que el Amor dignifica...
Porque lo único que verdaderamente vale es aquello que está dentro de ti, y por encima de todo está Dios. Sólo tienes que descubrirlo y así, hallarás la verdadera Paz.

martes, abril 10, 2007

• Hoy te veo cansada...


Hoy te veo cansada fuera del sendero, ya casi sin fuerzas para hacer camino.

Hoy te veo sintiendo que la vida es dura, diciendo ya no puedo, diciendo ya no sigo...

Vengo a recordarte cómo es un comienzo, vengo a desafiarte con tu desafío.

Muévete en el alma, vuélvete al impulso, llévate a tí misma. Y podrás entonces encender tu lámpara en el tiempo oscuro, entre el viento frío.

Volverás a ser fuego desde brasas quietas, que alumbre y reviva tu andar peregrino. Volverás a susurrar aquella consigna del primer paso para un principio.

Muéstrame la garra que se necesita para levantarse desde la caída.
Muéstrame que somos guerreros de la vida plena, y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Y que un primer paso, y que un nuevo empeño, nos lleva a la forma de no ser vencidos.

Que el árbol se dobla, se agita, estremece, deshoja y retoña, pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Que tu voz despierte, desde tu certeza, a la que de cansancio se quedó dormida.
Y, tal vez, si quieres, te presto mis brazos, para incorporarte, nueva y decidida. Te haré ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde has venido. Y vendrá contigo una madrugada, la voz insistente para un nuevo inicio. Que abrirá caminos, cuando estés perdida.
¡Porque siempre se puede... se puede, mi querida amiga!

domingo, abril 08, 2007

• Te invito a celebrar mi Pascua


Hola amigo!

¿Cómo te encuentras? Ya sé que me vas a decir que Yo lo sé todo, y que para qué te pregunto. Es verdad que lo sé todo, pero me gusta que me lo cuentes. Me pasa como a las madres. Suelen saber lo que les ocurre a sus hijos, pero les gusta que ellos se lo digan. Hay mucho de ternura y confianza en esas conversaciones confidenciales de amigos, en las que uno confía al otro lo que ya conoce, pero quiere que le salga de su corazón y expresarlo con todo su amor.

Acabamos de celebrar días muy importantes para Mí, y supongo que también para ti. En estos días has oído hablar mucho de Mi Pasión, y has podido contemplar Mis imágenes muchas veces. Es posible que tú mismo me hayas sacado a la calle. Pero me gustaría que me contaras lo que ha supuesto para ti la Semana Santa. Ya te decía que siempre me dan un poco de miedo estos días. No puedo evitar recordar lo mal que la pasé. Y tampoco puedo evitar el dolor al contemplar que hoy se vuelve a repetir la historia. No lo siento por mi propio sufrimiento, sino por el poco valor que muchos hombres le dan al amor de Dios. Son relativamente pocos los que saben aprovechar la Gracia que se les ofrece abundantemente estos días. Pero bueno, ya conozco bien al hombre, y no me extraña nada. Me siento reconfortado por todos aquellos que de verdad me han acompañado con todo cariño en estas celebraciones.

Pero ya hemos llegado a la Pascua. ¡Que días tan maravillosos! ¡Qué gratos recuerdos de aquellos hechos históricos; de aquellos encuentros gozosos con mis amigos muertos de miedo! Siempre tenía que empezar diciéndoles: "Paz a vosotros". No tenían paz. Estaban nerviosos. No terminaban de fiarse de mi palabra. Y no me reconocieron cuando me presenté a ellos resucitado. Es verdad que el cuerpo glorioso ya es distinto, pero el amor es el mismo. Tenía que hacer gestos concretos, decirles palabras que ellos ya conocían, insistirles que tocaran y vieran que no era un fantasma… ¡Qué duros son los hombres para reconocer a Dios, y sentir la verdad y la cercanía del mundo sobrenatural! Los hombres piden muchos milagros, y cuando ocurren no los creen. Les pasa como a Pedro: "Señor, si eres tú di que camine yo también por el agua". Y le dije: -Ven.- Y comenzó a caminar pero vaciló, no se lo creía !!! y comenzó a hundirse gritando de miedo… sin fe no es posible vivir la Pascua, si no creen en mí como hombre mortal, ¿cómo van a creer en mi como Resucitado y en cuerpo glorioso?

La Pascua es el tiempo del cambio, del paso a una vida más espiritual. Es la celebración de la conquista de la libertad. Es disfrutar de la alegría de la gracia. En Pascua se valora mejor el Bautismo, y la Reconciliación, y la Eucaristía, y tantas cosas. en este tiempo te quiero demostrar que es verdad todo lo que de mí se había anunciado, y Yo lo había repetido tantas veces la muerte en la cruz era necesaria pero no era el final, la estancia en el sepulcro fué temporal, ya dije Yo que al tercer día resucitaría y así lo hice. Esa es la garantía de tu fe. Tú tienes que creerme. YO NO ESTOY MUERTO. No sigues a un muerto, estoy vivo ahora mismo, hablo contigo desde estas páginas de Internet, desde la Sagrada Escritura, en la Oración, me recibes vivo en la Eucaristía, y te perdono a través del sacerdote, estoy dentro de ti cuando dejas entrar la gracia en tu alma.

Quiero celebrar contigo mi Pascua y mi Resurreción, avisa a todos pues mi fiesta es para el mundo entero. Comunícaselo a tus amigos, a Mis amigos diles, cuéntales que estoy vivo, mi Reino es de vivos y quiero una Iglesia viva, unas celebraciones llenas de vitalidad, quiero cantar contigo el Aleluya, el Gloria, y hacer palmas, y sonreír, es mi tiempo de gozo, no, no me dejes solo , estás invitado al banquete de bodas, al banquete de la Vida tu lugar está reservado y no pongas excusas para no venir, te espero para que pasemos un rato agradable corre la voz y avisa que tu amigo Jesús está vivo... diles que los espero para celebrar mi alegría con ellos y contigo.
Una sonrisa de alegría, amor y paz para ti y para todos los de buena voluntad...
Jesús

jueves, abril 05, 2007

• Testamento de Jesús



Yo, Jesús de Nazareth, viendo próxima mi hora y estando en posesión de plenas facultades para firmar este documento, deseo repartir mis bienes entre las personas más cercanas a Mí. Mas siendo entregado como cordero para la salvación de la Humanidad, creo conveniente repartir entre todos.

Y así les dejo: Todas las cosas que desde mi nacimiento han estado presentes en mi vida y la han marcado de un modo significativo: La estrella, a los que están desorientados y necesitan ver claro para seguir adelante, y a todo aquel que desee ser guiado y/o servir de guía; el pesebre, a los que no tienen nada, ni siquiera un sitio para cobijarse o un fuego donde calentarse y poder hablar con un amigo. Mis sandalias, son sus sandalias, las de los que deseen emprender un camino, de los que están dispuestos a estar siempre en camino.

La palangana donde les he lavado los pies, a quien quiera servir, a quien desee ser pequeño ante los hombres, pués será grande a los ojos de mi Padre. El plato donde voy a partir el pan: es para los que vivan en fraternidad, para los que estén dispuestos a amar, ante todo y a todos. El cáliz, lo dejo a quienes están sedientos de un mundo mejor y una sociedad más justa. La cruz es para todo aquel que esté dispuesto a cargar con ella. Mi túnica a todo aquel que la divida y la reparta.

También quiero dejar como legado, a la Humanidad entera, las actitudes que han guiado mi Vida, actitudes que quiero que guíen también la de ustedes. Mi Palabra y la enseñanza que me confió mi Padre, a todo el que la escucha y la pone en práctica. La alegría a todos los que deseen compartirla. La humildad, es para quien esté dispuesto a trabajar por la expansión del Reino de los Cielos. Mi hombro, a todo aquél que necesite un amigo en quien reclinar la cabeza, y al abatido por el cansancio del camino, para que puedan descansar y recobrar fuerzas para seguir caminando. Mi perdón, es para todos, para todos los que día tras día, pecado tras pecado, sepan volver al Padre. Mi Amor... mi Amor es para todos, buenos y malos, justos e injustos, para todos los hombres sin ningún tipo de distinción. Eso sí, siento especial predilección por los más débiles.

Todo esto y aún más quisiera dejarles, pero sobre todo es mi Vida lo que les ofrezco. Soy Yo mismo quien me quedo con ustedes para seguir caminando a su lado, compartiendo sus preocupaciones y problemas, sus alegrías y gozos. SÍ, YO SOY LA VIDA, PERO TÚ PUEDES TRANSMITIRLA.

Nada más. Manténganse unidos y quiéranse de verdad. Yo los he amado hasta el extremo y los llevo en mi Corazón.

Jesús de Nazareth, llamado "el Cristo"

(Autor anónimo)

miércoles, abril 04, 2007

• Súbete a la silla...


Hoy pensaba en la superación... ¿qué es realmente?
Hago memoria de algunos momentos de mi vida, en los cuales me sentí diferente o especial: cuando no podía alcanzar algo, como el vestido del armario, encender la luz, abrir la ducha, tocar el timbre de la casa, marcar un teléfono público, etc... Todos podían hacerlo, excepto algunos niños pequeños, y yo una mujer en cuerpo de niña.

En mi mente siempre ha existido un pensamiento positivo y dentro de mí, predomina un fuerte espíritu luchador, con un corazón soñador... que no cree en la limitación. Ante estas pequeñas dificultades, encontré una solución: la silla... Era fácil tomar una, hacer una maroma y alcanzar aquello que quería o necesitaba...

¿Y los demás? Me aplaudían, como si hubiese hecho una gran hazaña... ¿por qué? Si no había en ello ninguna dificultad ni mucho menos limitación...


Estamos en un mundo construido por gente grande... es solo eso... pero mi Amigo, a todo nos da la solución, sólo que muchas veces somos ciegos y no lo vemos...

Subirse a la silla, implica otro gran paso: pensarlo, decidirse, atreverse, hacerlo, continuar...

Pensarlo: hay que ser creativo, no decir simplemente: no puedo y esperar a que otros nos realicen aquello... debemos ser recursivos, ver en ello una posibilidad de alcanzar lo que queremos.

Decidirse: vemos la silla, sabemos lo que puede servirnos, pero no nos decidimos, porque hay quienes nos dan otras opciones, esperar, pedir el favor, renunciar... ¡Es necesario tomar la decisión!

Atreverse: porque el qué dirán se convierte en una piedra en el zapato... ¡qué pena que me vean!... ¿que dirán de mí? ¿se reirán, se compadecerán? ¿qué pensarán? Ahí los demás pueden ser obstáculos para ese gran paso que me ayudará a hacer realidad lo que espero.

Hacerlo: de una vez, sin dar vuelta... tomar la silla, subirse a ella y luchar por lo que se quiere.

Continuar: porque podemos caernos, pero no detenernos... Al subirnos a la silla pueden surgir muchas cosas, que pueden estancarnos, pero la vida sigue, y una meta alcanzada no es el final, es el inicio de otra y otra meta más...


Y surge una pregunta: ¿cómo superar aquellas cosas que no se alcanzan subiéndose a una silla?

Haciendo referencia a la sociedad, las miradas, las risas, los comentarios, la falta de fe de algunos, el que nos midan por nuestro tamaño y mucho más. Pensándolo bien son cosas que no solo los pequeños y especiales tenemos que enfrentar, es algo con lo que vive toda la humanidad.

Esas cosas de la vida diaria, se logran superar, con el amor de la familia, el sembrar sentimientos de fe, esperanza y paz... el creer que al lado del Amigazo (Dios), todo se puede lograr...

Y ¿qué es la Superación... ¿acaso hacer una hazaña que el mundo cree que no puedo hacer?


Superarse es lograr llegar mucho más allá... es aprender a no dejarse vencer de los obstáculos, es hacer realidad los sueños, es sentir que se alcanza lo que se ha propuesto, no para que ser aplaudido, sino para sentirse realizado...

Superarse es saber caer y levantarme, es madurar, actuar por mí mismo... confiar en Aquel que nos Creó y que me hizo Pequeña para cosas Grandes.

Todos los seres humanos tenemos limitaciones, en ello está nuestra humanidad. Todos tenemos cosas que no podemos hacer... pero hay algo, nada es imposible para el que tiene fe.

Es el momento para que tal vez quienes nunca se han creído pequeño y habrán sentido que son del mundo los dueños, tan solo porque tal vez nunca han necesitado subirse a una silla para alcanzar algo material... piensen en aquellas cosas que en el interior sienten que no han podido lograr, porque han tenido miedo, han pensado en el que dirán o no han creído en los sueños...


Súbanse a la silla de la superación, aquella que mantiene su equilibrio en la fe, para que no se voltee, para aprender a levantarse si tal vez han de caer. Superarse es ser capaz de subirse a la silla... y alcanzar los sueños... continuar la vida, luchando por llegar más lejos. Y cuando esté allá arriba y toque con mis manos el firmamento, sentiré que desde abajo se ve más la grandeza del cielo...

(Autor desconocido)