sábado, mayo 23, 2009

• Carta a madres especiales


La mayoría de las mujeres se convierten en madre por accidente, algunas por elección, una pocas por presiones sociales y una o dos por hábito. Este año aproximadamente 100.000 mujeres van a ser madres de hijos discapacitados. Alguna vez se te ocurrió pensar cómo son elegidas las madres de chicos discapacitados?
De algún modo… yo visualizo a Dios revoloteando sobre la tierra, seleccionando sus instrumentos de propagación con gran cuidado y deliberación. Mientras observa, Él va diciendo a sus ángeles que anoten en un gran libro: Armstrong Beth, un hijo y que el Santo Patrono sea Matías; Forrest Marjorie, una hija… Santa Patrona Cecilia; Rudlege Carrie, mellizos… Santo Patrono… dale a Gerardo, está acostumbrado a las profanidades. Finalmente le pasa un nombre al ángel y sonrí
e, “a ella dale un hijo discapacitado”.
El ángel siente curiosidad: “por qué a ella Señor que es tan feliz?”
“Exactamente -sonríe Dios- Podría Yo darle un hijo con problemas a una madre que no conociera la risa? Eso sería cruel”
“ Pero tiene paciencia? –pregunta el ángel-
“ Yo no quiero –responde Dios- que tenga demasiada paciencia, o se va a ahogar en un mar de desaliento y pena por sí misma. Una vez que el shock y el resentimiento se le hayan pasado, va a ser capaz de enfrentarlo. Yo la estuve observando hoy. Ella tiene esa personalidad (conciencia en sí misma) y esa independencia que son tan raras y tan necesarias en una madre. Verás, el chico que le voy a dar va a tener su propio mundo. Ella va a tener que hacerlo vivir en el de ella… y eso no va a ser fácil.”
Acota el ángel: “Pero Señor , yo creo que ella ni siquiera cree en ti”
Dios sonríe: "no importa, eso lo puedo arreglar. Ésta es perfecta, tiene el suficiente egoísmo”.
El ángel se asombra.” Egoísmo? Acaso es una virtud?
Dios asiente: “Si no se puede separar de su hijo ocasionalmente, nunca va a sobrevivir. Sí, acá tenemos una mujer a la cual voy a bendecir con un hijo menos que perfecto. Ella todavía no se da cuenta, pero es para ser envidiada. Ella nunca va a dar por supuesta una palabra hablada, ella nunca va a considerar un progreso como natural; cuando su hijo diga “mamá” por primera vez, ella va a estar presenciando un milagro, y lo va a saber. Cuando le describa a su hijo ciego un árbol o un atardecer, ella los va a ver como pocas ven mis creaciones. Yo voy a permitirle ver claramente las cosas que yo veo… ignorancia, crueldad, prejuicio…y le voy a permitir estar por encima de ellas. Nunca va a estar sola. Yo estaré a su lado cada minuto de cada día de su vida porque ella estará haciendo mi trabajo, tan seguramente como que ella está aquí a mi lado”.
“Y qué hay de su Santo Patrono? le pregunta el ángel con la lapicera en el aire.
Dios sonríe: “un espejo será suficiente”, responde.

miércoles, mayo 20, 2009

• No te rindas...


No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya
y tuyo también el deseo porque lo has querido
y porque te quiero.
Porque existe el vino
y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas
que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas
que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo. Porque ésta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola.
Porque yo te quiero.
(Mario Benedetti)

lunes, mayo 18, 2009

• Deja que la vida te despeine...


Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices. Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…
El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…- Hacer el amor, despeina.- Reírte a carcajadas, despeina.- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.- Quitarte la ropa, despeina.- Besar a la persona que amas, despeina.- Jugar, despeina.- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible… Así que como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado… Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse. Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.
El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero... ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.
Por eso mi recomendación a todas las mujeres y porque no hombres, entrégate, come rico, besa, abraza, haz el amor, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo... deja que la vida te despeine!!! Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.