jueves, octubre 12, 2006

• Bienaventuranzas de la mujer

BIENAVENTURADA LA MUJER que decide qué hacer y cómo hacer...
porque se sentirá representante y no sólo representada.

BIENAVENTURADA LA MUJER que no sólo lucha por un día...
porque caerá en la cuenta que todos los días del año son una llamada a trabajar por sus derechos y obligaciones.

BIENAVENTURADA LA MUJER que lejos de faltarle valor emprende cuaquier acción para no ver su conquista difícil...
porque comprobará que su voz será oportunamente certera y tenida en cuenta.

BIENAVENTURADA LA MUJER que es consciente del camino recorrido...
porque ello le animará a superar los obstáculos que todavía quedan por salvar en igualdad, oportunidades y condiciones.

BIENAVENTURADA LA MUJER que no se siente ni un lujo y menos un jarrón de adorno...
porque seguirá exigiendo, no una limosna, y sí aquello que en dignidad y justicia le corresponde.

BIENAVENTURADA LA MUJER que descubre que no es ni “menos ni más” sino que es un “igual”...
porque hará lo indecible para que nada ni nadie pueda infravalorar ni arrebatarle su iniciativa y dinamismo.

BIENAVENTURADA LA MUJER que se revuelve contra la violencia doméstica y denuncia sin miedo ni temblor los maltratos que la humillan...
porque hará comprender y visible el trecho que existe por el logro de sus derechos fundamentales.

BIENAVENTURADA LA MUJER que lee y escribe, estudia y se forma, cree ya ma, ríe y perdona, acompaña y ayuda, celebra y trabaja, la aveturera y la valiente, la emprendedora y justa...
porque será semilla y punto de referencia para aquellas otras que, aún en medio de los logros conseguidos, no pueden hablar ni sonreír, trabajar o triunfar, decidir o aconsejar... por ser postergadas a un segundo plano o al silencio que amordaza.

BIENAVENTURADA LA MUJER, que cuando le faltan fuerzas en la tierra... sabe mirar al cielo y escuchar la voz de DIOS: “Yo estaré contigo todos los días en todos tus afanes”.

BIENAVENTURADA LA MUJER que contemplando a María, no le importa como a ella romper moldes e ir contra corriente para irrumpir, también como ella, en la historia. Amén.
Autor: Padre Javier Leoz

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