Porque con una palabra podemos perder o ganar un amigo.
Así pues, tenemos que cuidar que cada tramo esté bien construído, que no sea resbaladizo, que no esté carcomido, que no provoque más caídas o problemas en nuestra relación con los demás.
Alguien dijo una vez: "Las palabras son los peldaños de la escalera de nuestra comunicación". De ahí que elijamos bien nuestras palabras, ya que:
Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia.
Una palabra cruel puede destruir una vida.
Una palabra amarga puede provocar odio.
Una palabra brutal puede romper un afecto.
Una palabra agradable puede suavizar el camino.
Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo.
Una palabra alegre puede iluminar el día.
Una palabra con amor y cariño puede cambiar una actitud.
Querida Amiga:
Cuando veas que mis pies se hunden en el fango del camino ancho; Avísame.
Cuando al hablar yo denuncie la paja y veas que en mi ojo está la viga; Háblame.
Cuando para alguien sea tropiezo, mientras mi orgullo se aumenta; Dímelo.
Cuando veas que mi lengua se levanta y habla y dice lo que no edifica; Corrígeme.
Cuando veas que tropiezo, me hundo, caigo, destrozo, lastimo, lucho y me pierdo; Grítame.
Cuando me veas andar por el camino sin luz; Adviérteme.
Cuando me veas débil, caído, perdido, lejos del camino que Dios me trazó; Enderézame.
Pero sobre todo; Ámame.
Locura
Hace 14 años.
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