Busca la perfección sabiendo que la no hallarás en una sola vida. Ello te proporcionará más esperanzas que desesperanzas y te mantendrá listo cada vez que el camino dé la vuelta.
Encuentra el rumbo enalteciendo la belleza de todo cuanto te rodea, cada cosa que te envuelve es un sendero a recorrer.
Procura ser sincero contigo mismo y juzga con justeza tus actitudes, sin renunciamientos, hasta saber el origen de cada una de ellas, eso, te abrirá el corazón de tus semejantes.
Disfruta con alegría de todo lo que hoy tienes transitoriamente, ya que nada posees en este mundo más que la esencia de tu vida.
Sé prudente en tus expresiones, tus palabras pueden confundir y desolar a quienes tengan una visión distinta y no tan fortalecida de las cosas. Educa tu sexto sentido ejercitando la mente. Sumérgete en la meditación, aprenderás a conocer la paz y cada rincón de tu espíritu.
No olvides que el mañana se levanta por sobre el hoy y que no existen más límites a tus sueños que los que tu cristalices frente a tus ojos.
Domina tu ego, en todo momento ten presente tu pequeñez respecto del universo al que perteneces.
Fortalece tu espíritu tratando de no quebrar la unión mística que hay entre el leal saber y el obrar.
Enaltece tus dones y habilidades, deposita amor en su ejercicio, tus obras hablarán por ti.
Busca, encuentra, procura, disfruta, sé prudente, educa, no olvides, domina, fortalece, enaltece... tú mismo eres la llave.
(Autor: Marcelo D. Ferrer)
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