Señor, yo te doy gracias por el amigo que me diste,
es a través de su presencia que te quedas a mi lado.
Mirando a sus ojos, descubro
el sentimiento profundo que se oculta en tu propia mirada.
Dejándome cautivar por su contagiosa sonrisa, aprendí también a sonreir.
Escuchando sus confidencias sinceras,
aprendí a escuchar tu voz.
Recibiendo tantas pruebas de cariño,
aprendía a amar a quienes viven conmigo.
Compartiendo la vida, la fe, los errores, las lágrimas y las alegrías,
te admiré en el rostro sereno de mi amigo.
Gracias te doy, mi Dios,
porque te revelas en gestos tan humanos...
¡y que pueda experimentarte siempre
en la persona de este amigo que me ama!
Haz que él sea muy feliz
y que te encuentre siempre
en la transparencia de nuestra amistad.
es a través de su presencia que te quedas a mi lado.
Mirando a sus ojos, descubro
el sentimiento profundo que se oculta en tu propia mirada.
Dejándome cautivar por su contagiosa sonrisa, aprendí también a sonreir.
Escuchando sus confidencias sinceras,
aprendí a escuchar tu voz.
Recibiendo tantas pruebas de cariño,
aprendía a amar a quienes viven conmigo.
Compartiendo la vida, la fe, los errores, las lágrimas y las alegrías,
te admiré en el rostro sereno de mi amigo.
Gracias te doy, mi Dios,
porque te revelas en gestos tan humanos...
¡y que pueda experimentarte siempre
en la persona de este amigo que me ama!
Haz que él sea muy feliz
y que te encuentre siempre
en la transparencia de nuestra amistad.
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