Felices los que saben vivir la amistad...
Porque la amistad es uno de los sentimientos más hondos que puede experimentar el ser humano.
Felices los amigos que tienen hambre y sed de justicia...
Y hacen de la amistad el motor de la búsqueda de esa justicia...
Felices los amigos peregrinos...
Los que caminan juntos, los que avanzan juntos
Los que se saben esperar...
Para seguir adelante con el mismo paso.
Felices los amigos limpios de corazón...
porque nunca tendrán dobleces, y jamás serán falsos en la expresión de la amistad.
Felices los amigos que trabajan por la paz...
Los que hacen de la amistad un remanso de paz...
Los que nunca se irritan...
Y los que si se irritan, saben controlarse
Y nunca lastiman al otro, con gestos o palabras...
Y si es que lastiman...
saben tener la grandeza de pedir perdón.
Felices los amigos que escuchan...
Los que tienen oídos dispuestos, los que son comprensivos
Los que saben escuchar con su corazón...
Los que están abiertos a escuchar en todo momento
Felices los amigos aun cuando lloran…
los que saben compartir el dolor
Los que tienen el corazón sensible, para vibrar junto al corazón del amigo.
Felices los amigos que son compañeros, los que están en las buenas y en las malas…
Los que son verdaderos acompañantes...
Los que siempre están a nuestro lado con optimismo y alegría.
Felices los amigos perseguidos por causa del bien…
Los que son capaces de sufrir humillaciones por defender la verdadera amistad.
Felices los amigos misericordiosos…
Los que saben perdonarse, olvidar las ofensas, y crecer en el amor.
Los que saben pedir y dar el perdón.
Al saber que somos tan bendecidos al poseer el don más precioso, que es el de la amistad
Doy gracias a Dios por todos los amigos que Él en su infinito amor me concedió y que hoy celebro tener. A todos y cada uno de ustedes, sólo puedo decirles con amor… ¡Gracias!