jueves, diciembre 25, 2008

• Una Navidad diferente


Te invito a celebrar una Navidad distinta, con algo más de conciencia que en Navidad, Jesús es quien cumple años y lógicamente todos queremos homenajear al Cumpleañero. Pero lo cierto es que siendo el Cumpleaños de Jesús, nos regalamos entre nosotros solamente. Hoy quiero que junto a esta experiencia, vivas el Evangelio y te diré cómo hacerlo.

Cuando salgas de compras para esos regalos que irán debajo del árbol, dispondrás de unas monedas más, para comprar un regalo extra, ese regalo también irá debajo del árbol pero la etiqueta o tarjeta dirá, “Para Jesús que vive en Ti”, sólo eso dirá, no importa lo que contenga el regalo.

Si tu economía es buena, comprarás o un juguete o una prenda de vestir nueva, si tu economía es pequeña, comprarás unos dulces solamente, no importa el valor de lo que hay en el interior, el valor estará en la etiqueta o tarjeta que pondrás externamente.

Cuando tengas ese paquetito listo, lo pondrás debajo del árbol navideño, y el día 25, cuando se repartan los regalos a todos, el único que deberá quedar debajo del árbol será el de Jesús, porque es para Él. A partir del día 26 llevarás en tu bolso o maletín ese regalo contigo o lo dejarás en tu casa, esperando a que Jesús lo venga a retirar, eso lo eliges tú.

Seguramente en esos días, alguien, algún pequeño, alguna persona con carencias, alguien que necesita, te dirá que le ayudes, ese es Jesús que viene a buscar su regalo, dáselo pero sobretodo que la tarjeta o etiqueta esté en el presente, entonces esa persona leerá lo que tú has escrito, "Para Jesús que vive en Ti".

Te puedo asegurar que te emocionarás, y esa persona que Dios ha puesto en tu camino, jamás olvidará lo que allí leerá y por siempre le quedará en su alma, entonces allí se habrá cumplido el Evangelio "Todo lo que hagas al más pequeño, a Mi me lo haces".

Juntos hagamos que esta Navidad, nos deje una enseñanza en el alma, sé que todos tienen problemas económicos, al menos la gran mayoría, pero un dulce... no hará más pobre a ninguno de nosotros y les aseguro que será el dulce más dulce del mundo.

Comparte esta idea, quizás a alguien le haga bien ponerlo en práctica. Si somos 1.000.000 de almas haciendo ésto, daremos 1.000.000 de regalos a Jesús, ¿qué tal? Uno solo no puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer feliz a Jesús en cada hombre de la tierra.

"Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad". (Lucas 2:14)

miércoles, diciembre 24, 2008

• Navidad en tu interior


Navidad significa nacimiento, y el símbolo de la Navidad es una estrella, una luz en la oscuridad que sirvió de guía para encontrar al Salvador. No veamos más esta estrella fuera de nosotros, sino brillando en nuestro cielo interno y aceptémosla como símbolo de que ha llegado el tiempo del Cristo; el tiempo de reconocer nuestra verdadera identidad.

Dentro de cada uno de nosotros existe un Salvador que conoce nuestra totalidad, nuestra esencia. Es una sabiduría innata que, si la utilizamos como una guía, nos conducirá siempre a experiencias de paz, armonía y amor. Es algo muy especial que está en todos y es para todos. Si no sacamos el mayor provecho de ella es sólo porque no la podemos entender y mucho menos aceptar.

Esta esencia en nosotros es la que conoce nuestra totalidad o nuestra santidad. Pero como un amigo fiel, no llegará a donde no se ha le ha invitado. Por lo tanto, vamos a comenzar nuestras fiestas navideñas abriéndole la puerta a este invitado tan especial. No temamos abrirle la puerta y recibámosle sin expectativas. El sabrá orientarnos, sin equivocarse y nos traerá regalos que no podremos encontrar en ningún lugar del mundo.

Tan pronto recibamos ese invitado tan especial, estaremos listos para preparar la gran fiesta. Pero, ¿cómo va a ser esta fiesta de Navidad?

Nuestro amigo no pide nada. No exige sacrificios de ningún tipo. Por lo tanto, en esta Navidad, cerremos las puertas a todo sacrificio estéril, a la culpa, al miedo a la escasez y demos paso a lo único que tiene sentido en nuestras vidas, a ese regalo del cual derivan su existencia todas las cosas: el amor.

Para muchas personas, las estampas de la Navidad traen sentimientos de gozo y alegría. Para otras, esta época puede ser difícil, solitaria, aumentando los sentimientos de culpa y depresión. Continuamente leemos artículos sobre cómo disfrutar las fiestas, sin embargo muchos no podemos imaginar cómo salir de ese estado de inmensa soledad en que algunos nos sumergimos. A veces podemos sentirnos atrapados entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer. Nos sentimos culpables porque deseamos quedarnos en casa en vez de salir a visitar familiares por compromiso.

También podemos sentirnos perdidos porque no tenemos la familia que quisiéramos tener. Muchos de nosotros, año tras año esperamos que la mágica Navidad nos regale una persona que pueda llenar el vacío del solitario corazón, causando honda desesperación cuando no sucede. Recuerda que no estás solo. Que hay muchas personas compartiendo tus mismos sentimientos.

A continuación algunas ideas que pueden ser de gran ayuda para sentirte mejor contigo mismo durante la Navidad:

1. Acepta tus sentimientos sin juzgarlos como buenos o malos. Trabaja con ellos tratando de reafirmarte en el pensamiento más alto, el de Dios, en vez del dolor.

2. Busca disfrutar del amor que está disponible, aunque no sea exactamente lo que quieras. Si hay alguien a quien puedas estenderle tu amor, hazlo, verás como lo recibirás multiplicado.

3. No te conviertas en el mártir. Si la pasada Navidad no fue la mejor, según tu criterio, recuerda lo que aprendiste para no cometer los mismos errores. Aprende de ellos, levántate y sigue adelante. Recuerda que la alegría atrae la alegría y el dolor atrae dolor. Busca siempre atraer lo mejor.

En esta Navidad, deja que tu Ser se sane por completo del dolor y el sufrimiento y celebra tu liberación de las falsas cadenas que te han mantenido alejado del disfrute pleno de la felicidad.

El Príncipe de Paz ha nacido para restablecer la condición de amor que no puede separarnos del Padre. Ha venido para enseñarnos que el mejor regalo que podemos hacer en esta Navidad es reconocer que todos somos hijos de un mismo Padre y que no puede haber separación entre sus hijos.

No permitamos que el rencor opaque el gozo de la Navidad, porque el nacimiento de Jesús no tendría sentido si lo apartamos de este gozo. Unámonos a celebrar un nuevo despertar en nuestras conciencias. Tengamos fe, construyamos un mundo de esperanzas.

Perdona, porque el perdón libera el alma y un alma libre puede elevar sus alas hacia horizontes no explorados.

lunes, diciembre 22, 2008

• Qué es Navidad?

Es Navidad cada vez que sonríes a un hermano y le tiendes la mano.
Es Navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro.
Es Navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.
Es Navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.
Es Navidad cada vez que reconoces con humildad tus límites y tu debilidad.
Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.

(Madre Teresa de Calcuta)

martes, diciembre 16, 2008

• Amor incondicional

A menudo el guía espiritual hablaba a sus discípulos sobre el verdadero amor, el que no se impone ni exige, el que está libre de actitudes egocéntricas, posesividad o apego. Pero a nadie le es fácil siquiera comprender ese elevado tipo de amor que es más expansivo, altruísta y libre. Tampoco los discípulos terminaban de entender qué era realmente el amor incondicional, libre de ataduras y contaminaciones, omniabarcante y desinteresado, basado en la benevolencia y la compasión, capaz de impregnar a todos los seres. Ante la incapacidad de sus discípulos para terminar de comprender sus enseñanzas, el maestro les dijo:
-Mañana haremos todos una larga excursión. Pero antes de venir a buscarme, pasad por el florista y traed una rosa.
Semejante solicitud dejó estupefactos a los discípulos, pero al amanecer y antes de ir a buscar al preceptor, compraron una fragante rosa. Tras reunirse con el mentor, emprendieron una larga caminata, hasta llegar a una zona desértica. El maestro les pidió:

- Fijad la rosa por el tallo en la arena del desierto. Extrañados, los discípulos así lo hicieron. Entonces el mentor les preguntó:
- Decidme, amados míos, ¿seguirá la rosa exhalando su aroma aunque nos retiremos y no haya nadie para olerlo?
- Claro que sí, maestro -repusieron al unísono.

- Otra pregunta, queridos míos, ¿aunque no haya nadie para contemplarla, seguirá la rosa exhibiendo toda su hermosura?
- Por supuesto, maestro, seguirá haciéndolo.
Y el preceptor aseveró:
- Pues así es el verdadero amor. Se exhala aunque no haya nadie para recogerlo e incluso aunque nadie quiera recogerlo.

El verdadero amor, o sea el amor incondicional y menos egoísta, es una actitud. Cuando uno recupera esa actitud amorosa, su afecto no es unidireccional ni excluyente, sino que se irradia en todas direcciones y hacia todos los seres, como una maravillosa fragancia que no requiere ser correspondida ni recompensada.

lunes, diciembre 08, 2008

• Adviento

María esperó el nacimiento de su hijo, el hijo de Dios, el Salvador.
Dios esperó el encuentro pleno con la humanidad, su creación, a través de Jesús, su hijo enviado.
Adviento es tiempo de espera y de preparación.
Adviento es el tiempo de cuatro semanas que antecede a la Navidad. Tiempo en el que nos preparamos espiritualmente para rememorar y celebrar la llegada del niño Jesús, la llegada de Dios niño, de Dios humilde, de Dios humano.
Es el tiempo reservado en nuestra vida para parar, reflexionar y meditar, vivir y recordar la historia del nacimiento de Jesús.
Es un tiempo especial para pensar sobre el sentido de nuestra vida, de nuestra fe, de nuestra esperanza.
En este tiempo esperamos renovación en nuestra vida personal, familiar, social, económica... porque creemos en el poder de la promesa de Dios cuando envió su hijo al mundo.
Dios se humanizó, se transformó en un niño pequeño, humilde, para acercarse de manera más sublime a sus criaturas, para encontrar acogida en medio de su pueblo.
Es un tiempo en que muchas luces son prendidas en las casas, en las calles, en las ciudades,
revelando el gran deseo humano de luz sobre la vida, y encendiendo la sensibilidad humana y el deseo de que esta luz se transforme en vida abundante, concretándose en la vida cotidiana.
Es un tiempo en que las personas se sensibilizan, se alegran, se abren a la comunicación, al perdón y al amor.
Es también un tiempo en que algunas personas se entristecen, pensando en sus sueños, en su realidad, en su vida, en su falta de esperanza, olvidándose del verdadero sentido de la Navidad...
Es, también, tiempo de ofrecer hospitalidad. Hospitalidad para recibir otras personas en nuestra comunidad, en nuestra casa y hospitalidad para recibir en nuestra vida nuevos valores, nuevos pensamientos, nuevos proyectos.
Que el tiempo de adviento sea en nuestra vida un tiempo de preparación para volcarnos a lo que es más pleno y puro en la vida deseada por Dios.

jueves, diciembre 04, 2008

• Los dos mares

Hay en Tierra Santa dos lagos alimentados por el mismo río: el río Jordán. Están situados a unos kilómetros de distancia el uno del otro. Pero, ambos poseen características asombrosamente distintas.
Uno es el Lago de Genesaret, conocido también como Mar de Galilea o Lago de Tiberíades. El otro es el llamado Mar Muerto.
El primero es azul, lleno de vida y de contrastes, de calma y de borrasca. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores amarillas de sus bellísimas praderas.
El Mar Muerto es una laguna salitrosa y densa, donde no hay vida y queda estancada el agua que viene del río.
¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río?
Es sencillamente esto:
El Lago de Genesaret trasmite generosamente lo que recibe. Su agua una vez llegada allí, parte inmediatamente para remediar la sequía de los campos. Sacia la sed de los hombres y de los animales. Es un “agua altruista”.
El agua del Mar Muerto se estanca. Se adormece. Es salitrosa. Mata. Es “agua egoísta”, estancada, inútil.
Pasa lo mismo con las personas. Las que viven dando y dándose a los demás, generosamente, viven y hacen vivir. Las personas que, egoístamente, reciben, guardan y no dan, son como agua estancada, que muere y causa la muerte a su alrededor.
Muchas gentes se parecen al Mar Muerto: sólo reciben, acumulan, no se dan y así se fabrican una vida amarga, desdichada e infeliz. Hay otros que dan y se dan a sí mismos con generosidad y sin esperar recompensa... Esta gente es la más feliz de nuestro mundo.
Cuánto más damos más recibimos. Cuanto menos repartimos de lo nuestro, más pobres nos volvemos. El que acumula para sí solo, llama a gritos a la infelicidad y ésta llega. El que reparte, abre la puerta a la felicidad.

¿Tú conoces el tipo de mar que representas!
El que no vive para servir, no sirve para vivir...