Cuando damos algo a alguien, en ese momento estamos dándonos (recibiendo) a nosotros mismos la satisfacción de habérselo dado. Ahí se completo el ciclo, o sea ya recibimos. El otro no nos debe ni las gracias, más bien seríamos nosotros los agradecidos por la oportunidad de experimentar nuestra generosidad o simple satisfacción de habérselo dado.
Es estar confundido cuando esperamos que la otra persona nos lo agradezca, o que nos decepcionemos de ella si no lo hace, o si lo hace no de la manera que nosotros quisiéramos. Cuando hacemos esto simplemente estamos mendigando sus gracias o comprando su aprobación o endeudándola sin que ella se haya dado ni siquiera cuenta. Nos quitamos el regalo que nos dimos y dejamos de ver la gran oportunidad y regalo que esa persona nos dio. En lugar de mirarla con amor la empezamos a mirar con rabia y nos separamos de ella.
Cuando pensamos o decimos "mira que desagradecido/a es yo que hice esto y esto por él/ella y cómo me respondió." La sociedad estaría de acuerdo con esto último ya que esta confusión esta generalizada.
Si en mi vida existe una pareja, o familiar o amiga o cualquier persona que yo le haya hecho favores y más adelante digamos "me traicionó" o "no me respondió como yo quise" es confusión pensar que fue desagradecida o injusta o mala conmigo. Ella ya estaba libre.
¿Por qué? Porque cuando yo le hice los favores ella al recibirlos o permitirme dárselos ya me estaba dando a mi. Por lo tanto, no me debía nada.
Aplicando lo mismo a la inversa, cuando me dan o sea cuando alguien me hace un favor o me da algo, en ese momento al yo aceptarlo le estoy dando a esa persona la satisfacción de su dar, le estoy permitiendo ejercer su generosidad, no le debo nada, ni las gracias. Al mismo tiempo al recibirlo me doy a mi la experiencia de darme. ¿No es esto maravilloso? No podemos evitar dar, es nuestra naturaleza, es natural en nosotros.
Los invito a probar esto en sus vidas. Yo lo estoy haciendo desde hace un tiempo y es maravilloso. Vivo agradecida y no me siento endeudada. Cada vez que alguien me pide algo (o no me lo pide) simplemente si yo decido dárselo estoy muy conciente del placer que esto me da y me digo a mi misma, aquí se esta completando el ciclo.
Ya me estoy dando, gracias a ella esto es posible. Y lo que nace de mi hacia ella más bien es un gran agradecimiento por esta oportunidad. Observo también que si me duele o decepciona su respuesta, es que yo no estaba dando incondicionalmente. Yo quería conseguir algo de ella, por lo que mi dar era condicionado. Esto me lleva a centrarme e ir al momento en que yo estaba haciéndole el favor y contactar el disfrute que yo tenía y entonces me digo, el ciclo ya está completo, ella no me debe nada. Después de un tiempo de empezar a experimentar el dar y recibir así, de dentro de uno nace natural y espontáneamente una gran satisfacción cuando uno da y cuando uno recibe. Además uno no siente que la persona está en deuda con uno ni uno debe nada.
La sociedad y el condicionamiento social es al revés por eso es que cuando damos sin darnos cuenta endeudamos a la persona y cuando nos dan nos sentimos en deuda con ella. Practiquen esta forma de ver las cosas, esto no significa que si les dan algo no digan gracias, puesto que la otra persona está condicionada (confundida) y puede herirse. Esto es para uno.
Cada vez que nos pasa por la mente o sentimos decepción por la traición de alguien a quien ayudamos o nos molesta su falta de reciprocidad es porque dimos en forma condicionada. Lo mismo si al recibir algo sentimos la obligación de ser recíprocos. Esto no es ni bueno ni malo, es solo confusión y les pido que observen como esta confusión trae dolor a sus vidas.
Esto es una practica que se consigue con el tiempo, no de la noche a la mañana. Les aseguro que van a observar una gran mejora en todas sus relaciones interpersonales y se van a sentir mucho más libres y en paz con el prójimo. Eso si sean pacientes y tolerantes con Uds. Recuerden que este condicionamiento tiene muchos años y siglos.